Llegué callado
a la sombra de tus ojos,
y el silencio se hizo verso
entre las manos
que rozaban el ayer.
El estío voló en dos alas
al trasluz del horizonte.
Los pájaros fueron esquirlas
y tu voz la naftalina
de tantas noches clandestinas.
Dime cuándo me hablarás
de las tardes escarlatas
frente al mar;
hueles a espiga,
el azogue de tantas gaviotas
me conmueve las entrañas.
Te busco en los silencios inútiles
que aletargan tu mirada,
a veces creo hallarte vagando
en algún rincón
de mis sueños.
A veces invento atardeceres
para no olvidar
tu sonrisa.
OMAR CÉSPEDES.C
(Escrito en Enero de 1992)
a la sombra de tus ojos,
y el silencio se hizo verso
entre las manos
que rozaban el ayer.
El estío voló en dos alas
al trasluz del horizonte.
Los pájaros fueron esquirlas
y tu voz la naftalina
de tantas noches clandestinas.
Dime cuándo me hablarás
de las tardes escarlatas
frente al mar;
hueles a espiga,
el azogue de tantas gaviotas
me conmueve las entrañas.
Te busco en los silencios inútiles
que aletargan tu mirada,
a veces creo hallarte vagando
en algún rincón
de mis sueños.
A veces invento atardeceres
para no olvidar
tu sonrisa.
OMAR CÉSPEDES.C
(Escrito en Enero de 1992)
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